Para elaborar un plan de siembra para el cultivo de soja, se recomienda seguir los siguientes pasos:
1. Caracterizar el ambiente de producción.
2. Definir la combinación más conveniente, para cada uno de los ambientes definidos, en lo referente a fecha de siembra (FS) y los atributos más importantes del cultivar (CV): largo de ciclo ó grupo de madurez (GM), hábito de crecimiento (HC) y tipo de planta.
3. Elegir el CV: por los restantes atributos de importancia, como potencial de rendimiento, comportamiento sanitario, etc.
4.Determinar el espaciamiento entre surcos y el sistema de distribución de semillas en la línea de siembra, más conveniente, en función de la información previa y
5.Fijar la densidad de plantas óptima y el rango de densidades más conveniente (valores mínimos y máximos), en función de la información previa.
Caracterización del ambiente de producción:
La creciente disponibilidad de tecnología, permite mejorar cada campaña la caracterización ambiental. Entre las tecnologías más modernas se puede mencionar a las imágenes satelitales, los monitores de rendimiento, el GPS, las rastras de electroconductividad, el georadar, los aviones a control remoto que permiten obtener fotos e imágenes en diferentes longitudes de onda y posibilitan elaborar mapas de índice verde, sensores que en tiempo real permiten ajustar la dosis de fertilizante, etc.
Esta abundancia de tecnología obliga a identificar a aquellas, que más se adecuan para caracterizar los aspectos que mayor influencia tienen sobre el rendimiento.
A modo de ejemplo podemos mencionar a la determinación del agua almacenada en el suelo a la siembra y hasta los 200 cm de profundidad, que junto con las precipitaciones ocurridas durante el ciclo de cultivo, determinan variaciones de rendimiento entre menos de 1.000 y más de 4.000 Kg/ha, en algunos ambientes. El agua almacenada en el suelo a la siembra, puede tener una muy importante influencia sobre el rendimiento en algunas situaciones, como por ejemplo: suelos con alta capacidad productiva y de almacenaje de agua (debido a su textura ó por influencia de napa freática) y en campañas en las que las precipitaciones de la primavera (octubre, noviembre y diciembre) son inferiores al promedio y las del verano (enero y febrero) se normalizan.
En estos casos, el agua almacenada en el suelo a la siembra tendrá una estrecha relación con el rendimiento y con un grado de ajuste muy superior a otros atributos del suelo que actualmente pueden caracterizarse de modo muy detallado.
Por tal motivo, se recomienda no subordinar a las viejas herramientas de caracterización ambiental (como las cartas de suelo, el barrenado de los perfiles de suelo en profundidad, et.), a las nuevas tecnologías que generar una gran cantidad de información de menor importancia.
Además es necesario seguir trabajando en la mejora del ambiente de producción a través de la rotación, la generación de cobertura y la fertilización.
El progreso que experimentamos cada campaña en la mejora de la caracterización ambiental, se traducirá en una mejor confección del traje a medida del manejo de CV (FS, CV, espaciamiento entre surcos y arreglo espacial), para cada ambiente y en función de las condiciones de cada campaña.
Elección de la fecha de siembra y los atributos más importantes del cultivar (largo de ciclo, hábito de crecimiento y tipo de planta):
En cada zona, se recomienda utilizar todos los antecedentes disponibles sobre combinaciones de CV de diferente GM y en diferentes FS.
Esto permite:
• Identificar todos los resultados posibles de la relación entre el rendimiento y la FS, según la calidad del ambiente y en especial la cantidad y distribución de la disponibilidad hídrica (a partir del registro histórico de precipitaciones del sitio más próximo). Esto nos permite:
• Definir la longitud del ciclo, el HC y el tipo de planta más conveniente de los CV y si será necesario utilizar 1, 2 ó 3 GM, en que ambientes y en que porcentaje de la superficie.
• Definir las fechas más convenientes para iniciar las siembras, el ritmo de siembra y la necesidad de diversificar en 2 ó 3 bloques de siembra la soja de primera.
• Ajustar la altura de planta del lote, de modo tal de asegurar una adecuada cobertura (índice de área foliar) y producción de biomasa vegetativa, de modo tal de lograr una adecuada competencia contra las malezas y no limitar el rendimiento potencial.
• Definir los aspectos más importantes del llenado de granos, para las condiciones ambientales (ubicación, tasa y duración).
A continuación se presenta un resumen de los resultados de más de 10 años de ensayos realizados con CV de diferente GM en diferentes FS, en Argentina.
Dichos ensayos fueron realizados por numerosas instituciones (INTA, Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Córdoba, etc.), asociaciones de productores (AACREA, AAPRESID, otras.), criaderos, otras empresas y técnicos de la actividad privada. La información generada ha permitido definir patrones de desarrollo (fenología) y crecimiento (altura, número de nudos, largo de entrenudos, rendimiento e índice de cosecha) de los CV de acuerdo a su largo de ciclo y HC, en función de la FS (Figura 1).
Esta información se considera de fundamental importancia al momento de elaborar los planes de siembra, de cada campaña.
Fenología: El adelantamiento de la FS incrementa la longitud del ciclo total (días de emergencia a madurez) de los CV. A mayor longitud de ciclo del cultivar, más importante es este incremento, debido a la mayor respuesta fotoperiódica de los mismos. La relación entre la longitud del ciclo con la FS, presenta una relación lineal y generalmente presenta poca variación. No obstante, ante la ocurrencia de un fuerte estrés hídrico en la etapa final del llenado de granos, la longitud del ciclo se puede reducir más de 20 días. Si se analiza la relación de la FS con la duración de las etapas: emergencia-inicio de floración (E-R1), inicio de floración-inicio de llenado de granos (R1-R5) e inicio de llenado de granos a madurez fisiológica (R5-R7), se observa que las etapas tempranas presentan más pendiente que las tardías.
Altura: La altura de planta presenta generalmente una forma de campana, con sus mayores valores con FS entre principios del mes de noviembre y principios del mes de diciembre y reducciones tanto con el adelanto como con el atraso de la FS. En todas las regiones de cultivo de Argentina, las FS de la segunda quincena del mes de noviembre, son las que generalmente le permiten alcanzar la mayor altura, a la mayoría de los CV de todos los GM recomendados en cada ambiente. Tanto la altura máxima, como la FS en la que es posible lograr la mayor altura de un determinado CV, presentan mucha variación en función de la disponibilidad hídrica. Mientras mayores son las limitaciones edáficas, más importantes son esas variaciones de la altura, en función de la disponibilidad hídrica y la FS. Para un mismo cultivar, las variaciones en la disponibilidad hídrica entre campañas, modifica la altura máxima lograda y la forma de la relación de la altura con la FS. Si se compara en una misma campaña las relaciones de la altura con la FS, de cultivares del mismo HC y diferente longitud de ciclo, se obtienen campanas de altura creciente con el ciclo. Si se comparan cultivares de la misma longitud de ciclo, pero con diferente HC, se obtendrán 3 campanas diferentes correspondiendo la más alta al CV de HC indeterminado (HCI), la intermedia al CV de HC semideterminado (HCSD) y la más baja al CV de HC determinado (HCD).
Número de nudos: El número de nudos sobre el tallo principal, presenta un comportamiento similar a la altura en función de la FS, pero adelantando algunos días la fecha de ocurrencia de los mayores valores (entre fines del mes de octubre y principios del mes de noviembre). También para el número de nudos, existe una respuesta diferente de los CV según el largo de ciclo y el HC. Los CV con mayor longitud de ciclo logran mayores valores que los de ciclo más corto y si se comparan cultivares de la misma longitud de ciclo de los 3 HC, lograrán el mayor valor los CV con HCI, en segundo lugar los de HCSD y los de menor número serán los de HCD. Tanto el número máximo de nudos, como la FS en la que es posible lograr el mayor número de nudos de un determinado CV, presentan gran variación en función de la disponibilidad hídrica. Mientras mayores son las limitaciones edáficas, más grande son esas variaciones en el número de nudos, en función de la disponibilidad hídrica.
Largo de entrenudos: El largo de entrenudos también presenta un comportamiento similar a la altura en función de la FS, pero atrasando algunos días la fecha de ocurrencia de los mayores valores (a mediados del mes de diciembre). Además es un parámetro muy influenciado por la densidad de siembra.
Rendimiento: El rendimiento en grano, presenta una relación con la FS, que depende del cultivar (GM, el hábito de crecimiento y la juvenilidad) y el ambiente. En condiciones hídricas no limitantes y empleando el CV adecuado en cada FS, según las características del ambiente, es posible incrementar el rendimiento en forma lineal con el adelantamiento de la FS, hasta la FS en la que ocurran heladas tardías que logren matar las plantas.
Es la variable de crecimiento que más modifica su relación con la FS, según la disponibilidad hídrica. Cuando ocurre estrés hídrico, según el momento y la intensidad del mismo, puede determinar una reducción muy alta respecto del potencial y retrasar la ubicación del techo de rendimiento, inclusive hasta el mes de enero.
La información generada a lo largo de más de 10 años de ensayos de GM y FS en Argentina, permitió identificar 5 patrones de comportamiento ó familias de relaciones entre el rendimiento y la FS, según la disponibilidad hídrica (cantidad y oportunidad):
1. Rendimiento creciente con el adelanto de la FS, hasta principios del mes de septiembre y con el nivel más alto que permite el ambiente edáfico y en ausencia de estrés hídrico.
2. Rendimiento creciente con el adelanto de la FS, hasta mediados a fines del mes de octubre.
3. Rendimiento significativamente menor que el potencial, en especial en FS tempranas.
4. Rendimiento significativamente menor que el potencial, en FS tardías.
5. Rendimiento significativamente menor que el potencial, en FS comprendidas entre fines del mes de octubre y principios del mes de diciembre.
A continuación, se presentan ejemplos de la Red Tester de Soja de Aceitera General Deheza, correspondientes a 4 de las 5 familias de relaciones posibles entre el rendimiento y la FS (Figura 2) y resultantes del trabajo de 3 campañas. Dichas familias de relaciones entre el rendimiento y la fecha de siembra, fueron identificadas a lo largo de más de 10 años de ensayos de GM y FS en Argentina, a partir del trabajo de numerosas instituciones, empresas, asesores y productores.
Relación 1: Rendimiento creciente con el adelanto de la FS, hasta mediados del mes de septiembre y con el nivel más alto que permite el ambiente edáfico. Se lo considera un nivel de rendimiento excepcional para la zona y el potencial del ambiente con la tecnología disponible. Tiene una probabilidad de ocurrencia muy baja fuera de la zona núcleo. Se logra cuando el ambiente es de muy alta calidad y la disponibilidad hídrica es muy alta durante todo el ciclo de cultivo y desde muy temprano en la primavera (por la ocurrencia de precipitaciones y/o influencia de napa freática entre 1,5 y 2 metros de profundidad). Los CV que alcanzan este nivel de rendimiento son los que tienen la menor longitud de ciclo recomendable para ese ambiente, por ejemplo para la región núcleo con un CV de GM III, que supera en rendimiento en todas las FS, inclusive a CV de GM IV y ambos superan en 1.000 Kg/ha ó más a los CV de mayor longitud de ciclo (Figura 3).
En ambientes con algunas limitaciones edáficas, los CV que logran el mayor rendimiento en la mayoría de las FS, son generalmente cultivares de ciclo un poco más largo, que los de ciclo más corto recomendados para la zona en buenos ambientes.
Relación 2: Rendimiento creciente con el adelanto de la FS, hasta mediados del mes de octubre. Se lo considera un nivel de rendimiento muy bueno para la zona, pero algo menor que en la relación anterior. Se logra cuando la disponibilidad hídrica es alta durante todo el ciclo de cultivo, pero al inicio de la primavera no se cuenta una disponibilidad hídrica óptima, en ambientes sin influencia de napa freática ó con presencia de la misma a más de 2 metros de profundidad. Permite conocer el potencial de rendimiento del ambiente, con una ligera limitación hídrica inicial, tiene una probabilidad de ocurrencia mayor que la relación anterior. Los CV que alcanzan este nivel de rendimiento son los que tienen la menor longitud de ciclo recomendable para ese ambiente.
Por ejemplo, para la región núcleo con CV de GM IV y III, que supera en rendimiento en todas las FS, a los a CV de mayor longitud de ciclo, por 500 Kg/ha ó más; generalmente el mayor rendimiento de las FS más tempranas, corresponde a un CV de GM IV (con FS del 15 de septiembre al 20 de octubre) y en las FS siguientes a un CV de GM III (con FS entre el 20 de octubre y el 10 de diciembre). En la localidad de Río Primero en un ambiente con más limitaciones edáficas que los de la zona núcleo, el mayor rendimiento de las FS más tempranas correspondió a un CV de GM V (con FS del 8 de septiembre al 5 de octubre); en las FS siguientes a un CV de GM IV largo (con FS entre el 31 de octubre y el 8 de diciembre) y en las FS más tardías a CV de GM V largo y VI (20 de diciembre al 20 de enero) (Figura 4).
Relación 3: Rendimiento significativamente menor que el potencial, en especial en FS tempranas. Se lo considera un nivel de rendimiento con una alta probabilidad de ocurrencia en ambientes sin influencia de napa freática y con limitaciones edáficas (suelos muy arenosos ó arcillosos) y cuando ocurre estrés hídrico en la primavera y se cuenta con buena disponibilidad hídrica durante el mes de marzo. En la medida que se intensifica el estrés hídrico primaveral y el mismo se extiende al inicio del verano (enero y principios de febrero), se reduce el rendimiento y el techo productivo se corre a lo largo del mes de diciembre, pudiendo ubicarse en la región norte del país (NOA-NEA), a fines del mes de diciembre ó principios del mes de enero. Los CV que logran los niveles de rendimiento máximos de esta relación y a lo largo de todas las FS, son los que tienen una longitud de ciclo media para ese ambiente, por ejemplo: en la región núcleo los mayores rendimientos en estos tipos de ambiente los logran los CV de GM IV largo (Figura 5); en zonas y ambientes con mayores limitaciones dentro de la zona central, con CV de GM V ó VI y en la región norte (NOA y NEA) con CV de GM VII largo ó de GM VIII corto.
Relación 4: Rendimiento significativamente menor que el potencial, en FS tardías. Se lo considera un nivel de rendimiento con una probabilidad de ocurrencia media a baja en ambientes sin influencia de napa freática y con limitaciones edáficas (suelos muy arenosos ó arcillosos) y cuando ocurre estrés hídrico en el mes de febrero y marzo, se cuenta con un buen almacenaje de humedad en el suelo y durante la primavera ocurrieron buenas precipitaciones. En la región norte del país, tiene mayor probabilidad de ocurrencia en el NEA que en el NOA (que generalmente no cuenta con precipitaciones en la primavera, hasta el mes de noviembre). Los CV que logran los niveles de rendimiento máximos de esta relación y en especial en las FS más tempranas, son los que tienen una longitud de ciclo corto a medio para ese ambiente. Por ejemplo, para la región núcleo con CV de GM IV largo y para zonas y ambientes con mayores limitaciones dentro de la zona central, CV de GM IV largo ó V corto con HCI. En la región norte y en especial en el NEA, este sitio también lo ocupa un cultivar de GM IV largo ó V corto a medio y con HCI, en FS del mes de agosto y setiembre.
Relación 5: Rendimiento significativamente menor que el potencial, en FS comprendidas entre fines del mes de octubre y fines del mes de noviembre. Se lo considera una relación con un probabilidad de ocurrencia muy alta en el NEA y media a alta en el norte de las provincias de Córdoba y Entre Ríos y el centro y norte de la provincia de Santa Fe, en ambientes sin influencia de napa freática; además a medida que crecen en importancia las limitaciones edáficas (suelos muy arenosos ó arcillosos ó salino-sódicos), es más bajo el nivel de rendimiento. Los CV que logran los niveles de rendimiento máximos de esta relación tienen diferente longitud de ciclo, en las FS tempranas y las tardías. En las FS tempranas logran el mayor rendimiento CV con una longitud de ciclo corto para la zona, pero que alcanzan buen porte de planta, por ejemplo CV de GM IV largo y V con HCI, tanto para las regiones NEA como las centro-norte del país. En las FS tardías, el mayor rendimiento lo logran CV de longitud de ciclo medio a largo, en la región NEA CV de GM VII largo a VIII corto y en el centro-norte del país CV de GM V largo, VI ó VII (Figura 6).
Indice de cosecha: Los cultivares de ciclo más corto tienen índices de cosecha (IC) de entre 50 y 60% y los de ciclo más largo entre 40 y 50%, en FS tempranas a óptimas. En una FS determinada, el IC presenta generalmente una relación inversa con la longitud del ciclo de los CV. Además se observa una tendencia creciente del IC con el atraso de la FS, de menor magnitud en los CV de ciclo más corto y que crece en forma importante a mayor longitud de ciclo, en especial en las FS posteriores al 15 de diciembre. En algunas situaciones el IC, presenta una relación con la FS, inversa a la que presenta la altura (mayores valores en FS anteriores y posteriores al mes de noviembre).